
16 May Retos en la contratación de becarios: la supervisión y la mentoría
En México, cada vez más empresas reconocen el valor de la contratación de becarios para integrar practicantes universitarios a sus equipos de trabajo como una apuesta estratégica para formar talento joven, fomentar nuevas ideas y cultivar futuros líderes. Sin embargo, uno de los principales desafíos en esta dinámica es brindarles la supervisión y mentoría adecuada, elementos esenciales para que la experiencia sea verdaderamente formativa y productiva.
Supervisión: una necesidad
A pesar de las buenas intenciones, muchas veces los becarios se enfrentan a una realidad en la que su desarrollo profesional se ve limitado por la falta de atención y acompañamiento. Esto no suele deberse a desinterés, sino a la carga de trabajo que enfrentan los líderes y colaboradores de la empresa, quienes a menudo deben atender múltiples proyectos y responsabilidades.
El resultado es que los practicantes, en lugar de aprender en un entorno guiado, terminan navegando por cuenta propia, sin claridad sobre sus objetivos, sin retroalimentación y sin una visión clara de cómo su trabajo se vincula con el negocio.
Mentoría estratégica: una solución al alcance
Para superar este obstáculo, es clave establecer un sistema formal de mentoría dentro del programa de becarios. Esto significa designar a personas con experiencia, compromiso y habilidades de liderazgo, pero con las condiciones adecuadas para acompañar el desarrollo individual de cada becario por carrera, considerando su área de especialidad.
El rol del mentor va mucho más allá de supervisar tareas. Se trata de orientar, resolver dudas, compartir experiencias y brindar una guía práctica diversas situaciones del entorno laboral. Los mentores también ayudan a identificar áreas de mejora, reconocer fortalezas y promover el aprendizaje constante.
Además, asignar un mentor no solo beneficia al becario: también ayuda a fortalecer las capacidades de liderazgo y comunicación de los propios colaboradores.
La importancia de las reuniones periódicas
Uno de los pilares de una mentoría efectiva es la constancia en la comunicación. Establecer encuentros periódicos —ya sea semanales o quincenales— permite revisar avances, identificar obstáculos a tiempo y mantener una conexión cercana entre mentor y becario.
Estas reuniones también funcionan como espacios seguros para que los becarios expresen inquietudes, compartan sus logros y reciban orientación para seguir creciendo. No es necesario que sean formales o extensas, puede ser una conversación breve, pero significativa.
Fomentar la retroalimentación constante
Una cultura de retroalimentación continua también es crucial. No hay que esperar a una evaluación semestral para reconocer un buen desempeño o señalar un área de mejora. Las conversaciones informales, los comentarios constructivos en tiempo real y las observaciones oportunas fortalecen la confianza y aceleran el aprendizaje.
Las empresas mexicanas que implementen modelos de acompañamiento efectivos no solo lograrán practicantes universitarios más motivados y capacitados, sino que también fortalecerán su cultura organizacional y su capacidad de formar equipos con visión a largo plazo.
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